sábado, 21 de septiembre de 2013

TESTIMONIO DE LA MUJER






Reconocer el testimonio de entereza y sacrificio de nuestras mujeres, honra a sus promotores y devuelve como fórmula de agradecimiento la verdad incuestionable, el valor insigne de tantas conductas femeninas que llenan hasta rebosar la historia reciente.

La Fraila y La Galiana, son algo más que la muestra ejemplar en el accionario de dos heroínas valdepeñeras en la Guerra de la Independencia (1808-1814), y frente a tanto mal ejemplo de corruptos en el panorama actual, representan una muestra muy significativa del patrimonio moral existente, donde en su papel como madres atestiguan una superior autoridad ejemplar para tanto “macho” persistente en nuestra sociedad – todavía muy dependientes – de esta pseudo cultura del oportunismo- administrando con responsabilidad unas economías familiares menguadas por efectos de una crisis, curiosamente traídas de la mano de “irrespetables” varones.

¿Estaremos asistiendo al final de la era de la supremacía del varón, ante tanto ejemplo de decadencia e inmoralidad? 

¿Sabremos elegir como líderes a quienes siempre vienen dando ejemplo a cambio de “migajas” que como con cuentagotas ha ido distribuyendo el “poder” en esta era?

No es cosa de reproducir injusticias discriminatorias existentes, poniendo un sexo por debajo de otro, pero todavía parece que cuesta mucho reconocer una igualdad que solo parece existir en el vocabulario de algún político.

Se dice que “los cambios” en los liderazgos tienen que ser fruto de políticas “más igualitarias” en base a que el contrapeso de la historia coloca en posición preponderante a grupos tradicionalmente muy marginados.

Pero los que soportan sobre sus espaldas, como víctimas, las consecuencias de una crisis que no han generado, vuelven con esperanza la mirada de hijo desamparado hacia esa figura protectora y defensora, que en la mujer siempre personificó valores como la justicia y el Amor.

Ha llegado el momento del relevo. El futuro de España ya no tiene nombre masculino.

Dario Pozo Ruz, para Lanza Digital.

domingo, 1 de septiembre de 2013

NUEVAS CUOTAS DE RESPONSABILIDAD EN LA POLÍTICA QUE VAMOS A REGENERAR








“No sé si fue un invento progresista del PSOE tras la transición o evolución normal de nuestra sociedad cuando se comenzó a hablar de equiparar proporcionalmente a la mujer y otros sectores  tradicionalmente relegados en la responsabilidad política.

Nos encontramos entonces ante un papel   que “se dice”  es más igualitario y en la que el contrapeso de la historia ha colocado en posición más emergente a grupos tradicionalmente marginados.

La “era Margaret Thatcher supuso un merecido cambio en la participación de la mujer en cargos de responsabilidad en los gobiernos y desde entonces la carrera parece tan imparable  que ya están surgiendo otros grupos “marginales” ahora afectados por actitudes de exclusión.

La cuestión política ha tenido que pasar de la época del “consejo de ancianos” al monopolio de los “ yuppies”  ( universitarios titulados, con posibilidades económicas o sin ellas, “obreros de cuello blanco”...) dejando atrás a amplios sectores de la sociedad que curiosamente aguantan sobre sus espaldas la responsabilidad de sacar adelante “ a quienes parece que deben llevar las riendas de la sociedad que buena o mala han heredado”.

Los que fuimos muy jóvenes en la transición éramos espectadores privilegiados  del protagonismo de políticos fracasados en el 36 y desplazados por “elefantes” de nueva ola... instauradores de la era del “pelotazo”  y del abuso carroñero que nos ha dejado esta España en estado ruinoso.

Las esperanzas que la izquierda en la transición llenó de expectativas e ilusión a nuestro pueblo, no pueden caer en saco roto, ante el vuelo rasante de tanto pájaro en búsqueda de presas fáciles.

Acudir a la población más debilitada y con menores cuotas de formación e información parecen ayudar a quienes utilizando un patrimonio moral que nunca debió pertenecerles, traicionaron los ideales de Pablo Iglesias, convirtiendo su práctica política en “privilegiado” afán de comisiones y corruptelas.

Hasta en nuestra provincia podemos encontrar ejemplos lacerantes de quienes un día “se apuntaron” a la participación pública en Madrid y otras ciudades importantes, como “emigrantes” de la “oportunidad política”,  causando vergüenza cuando no procesos  - anticorrupción y escándalos – y ahora pretendiendo  eternizarse  lejos de los lugares donde “nunca se atrevieron  a volver, escondidos en nuevos “bunker” del post franquismo...

Necesitamos  partidos que prioricen  valores éticos y morales,  desterrando el caciquismo existente y que busquen candidatos desprovistos de esa rémora que tanto ha igualado a unos y otros de la clase política, pues no encontrarlos será la confesión de nuestro definitivo desastre.


No podemos sustituir  la competencia  por la mediocridad o la necesidad de participar por la opción de las empleomanías.

Se escuchan discusiones pero pensar que  la solución la tienen que dar “siempre los jóvenes,  las mujeres, o los marginados”, mientras se crea una sociedad que convierte a los mayores en “su problema”.

Hay   un reto en los próximos años:

  • Defensa de una nueva ética política desprovista de cuotas de clientelismo y empleomanía.

  • La preponderancia del espíritu de servicio contra un concepto materialista de hacer todo a cambio de mejores ingresos...

  • La recuperación de la independencia de juicio, en el análisis y en la acción, cuando el riesgo es sustituir las propias convicciones por “los puestos”.

  • Buscar la implicación de más sectores en la búsqueda de soluciones a los problemas comunes, lejos de del “marketing” de una sociedad de consumo que parece estar destinada a un  grupo “menos peligroso porque no piensa”.

  • Combatir el “pasotismo”  de los que consideran perdida toda la esperanza de incidir en mejora de la sociedad, conformándose en vivir como “rémoras” del sistema”.


Dario Pozo Ruz.