“El
retorno de los brujos fue un libro
“best seller” que publicado en 1960, fue escrito por Louis
Pauwels en colaboración con Jacques Bergier que
propició un atractivo interés por lo paraspsicológico, los misterios de
culturas desaparecidas, el esoterismo, los
extraterrestres...
Su éxito inicial promovió en esa
década la venta de más de 2000000 de ejemplares en francés y otros idiomas
(español en 1962) y cuando parece decaer su influencia en el pensamiento
actual, nos encontramos sumidos en la cultura del miedo a lo desconocido y de
las apocalípticas premoniciones que esgrimen ciertos “profetas”, fracasando una
y otra vez en su pronóstico sobre el fin de los tiempos...
Hay “gente” que necesita
afirmarse en lo absurdo para “sentirse bien”, se acaloran discutiendo sobre el
espectacular misterio de nuestra existencia.
Todo es válido para ocultar la
realidad y enfrentarnos al reto de la subsistencia. Dicen antropólogos que el
hombre primitivo buscaba en la obscuridad de las cuevas el contacto con sus
dioses...
Muchos hombres en la actualidad,
parece que se meten también en cuevas, rodeando de obscuridad sus pensamientos
esperando... ¿esperando qué ?
En lugar de intentar salvarnos,
esperamos que alguien venga a rescatarnos, sea mamá, papá, o el dictador de
turno.
El hombre debe ser el
protagonista de su destino y cuando relega del precioso don de su libertad, se
reduce al escalón más próximo en su pirámide evolutiva, dejando que sean otros
los tripulantes de sus vidas...
Vamos a lo fácil y a la ley del
mínimo esfuerzo, y así nos van las cosas.
Que los brujos se queden en los
cuentos y nos dejen tranquilos con tanto aspaviento apocalíptico, necesitaremos
esfuerzo y tesón para enfrentarnos a las dificultades de un mundo cada vez más difícil, ingenio y creatividad que no
conseguiremos durmiendo en la
cueva esperando al iniciado de turno...
Que no seamos niños que se
asustan y esperaran a que sus padres resuelvan...
¡Seamos adultos... no aprendices
de brujo ¡
Publicado en Jaraiz el 30.08.13
Autor: Darío Pozo Ruz
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