Les voy a compartir las mejores reglas que
consiguen posicionar la ignorancia a los límites más
insospechados. Seguro que las reconocen en alguna persona bien
cercana que se presenta como un completo profesional, aunque en
realidad no deja de ser un novato sin calidad. Estas son a mi juicio
las más importantes:
1. “Culpar
a los demás”: pase lo que pase, siempre
habrá otra persona a la que se le podrá culpar de todos los males,
por mucha o nula responsabilidad que tenga. En el argot de los
inútiles, esta regla se llama “echar balones fuera” o
llegar a mencionar aquello de “el perro se ha comido mis
deberes“.
2. “Apropiarse
y aprovecharse de los logros de los demás”:
que resulta fundamental para llegar muy arriba mientras los de abajo
no paran de quejarse de nuestra incompetencia. En el argot de los
inútiles, se denomina: “ponerse las medallas de otros”.
3. “Decir
que no se ha hecho nada”: aunque le hayan
filmado cometiendo el mayor crimen del mundo, niéguelo todo.
Siempre se podrá pensar que es una compleja trama que está
preparando su peor enemigo para poner en duda todo su espíritu de
honestidad.
4. “No
dar la cara y evitar declaraciones”: nunca
intente defenderse si ha hecho algo mal. Le acusarán de cosas que
ni hubiera pensado. Mejor evitar declaraciones y mencionar un
escueto: “No he hecho nada, es todo un complot contra mi
honestidad y buen hacer”.
5. “Buscar falsos testigos para apoyar
la mentira”: siempre hay algún amigo despistado, de esos
que se mueren por estar a su lado, que estarán dispuestos a
declarar cualquier cosa, y que consoliden nuestra tontería. Es
importante tener algunos a mano.
6. “Poner a otros a declarar por ti”:
si no queda más remedio, y no se puede aplicar la regla 4, es mucho
mejor si lo hacen otras personas por ti. Con el complemento de los
testigos de la regla anterior, intente ahora poner a declarar a
personas que sean bien simplonas, ya que acabarán aburriendo a todo
el mundo.
7. “Poner a un abogado a declarar por
ti”: agotado el punto anterior, mejor poner al abogado
que responda con evasivas y contradicciones.
8. “Inventar
un papel de Santo”: si finalmente nos toca
decir algo, es importante haber creado una historia que nos eleve al
nivel del Espíritu Santo, y que haga pensar a todo el mundo, que
bajo ningún concepto, haríamos tales actos.
9. “Arrojar piedras al tejado del
enemigo”, ¿alguien nos quiere poner contra las
cuerdas? Por muy santo que sea, tendrá algún lado oscuro. Busca
ese lado oscuro y golpéalo con fuerza hasta que no quede duda de
que es peor persona que el Demonio.
10. “Inventar
un complot”: si alguien ha llegado a
ponernos contra las cuerdas, y aun así no hemos podido derribarle,
no queda más remedio que urdir un complot, mediante una cortina
de humo. Las historias más utilizadas son las que incluyen
violación o acoso hacia una mujer, porque siempre consigue
recopilar muchas cacatúas
sin sentido.
Me encanta hablar de cosas positivas, pero
algunas veces es importante mencionar las malas prácticas, porque
nos guste o no, son las que primero tenemos que evitar. Ninguna ha
salido de Internet o de ningún libro. Todas las he sufrido en
primera persona, en juicios
o ataques,
y me han servido para detectar lo que denomino como cucarachas
humanas.
Siempre recomiendo el estupendo libro
de Fernando Trías de Bes, “El libro negro del emprendedor”,
donde menciona los grandes errores de muchos emprendedores, y
créanme, que se aprende más de los errores que de los éxitos.
Siguiendo la estala de Fernando, en breve podré editar “El libro
negro del coach” (o del político, o del banquero, sírvase de
incluir la profesión que guste), porque ejemplos de incompetentes
no van a faltar.
Tengan cuidado, porque últimamente, los
ignorantes parece que triunfan mucho.
Fuente:
http://www.pedroamador.com
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