Francisco de Quevedo y Villegas vino al mundo en Madrid un mes de septiembre de 1580. Terminó falleciendo en Villanueva de los Infantes, otro mes de septiembre, sesenta y cinco años después, quebrantado por la durísima prisión que padeció en San Marcos de León.
Su querencia por estas tierras del Campo de Montiel es bien conocida: por testamento de su madre, doña María de Santibáñez, heredó junto a su hermana unos censos emitidos por los vecinos de la villa de Torre de Juan Abad. Y fue en este rincón donde escribió buena parte de su obra.
Su querencia por estas tierras del Campo de Montiel es bien conocida: por testamento de su madre, doña María de Santibáñez, heredó junto a su hermana unos censos emitidos por los vecinos de la villa de Torre de Juan Abad. Y fue en este rincón donde escribió buena parte de su obra.
- Fue Quevedo dueño de una personalidad abigarrada. Educado en los hábitos de la corte y la burocracia de los austrias, cristiano viejo, ácido, malhumorado que se ríe de sí mismo; lenguaraz, coqueto paticojo, miope y bigotudo; noctámbulo escritor, hombre de una extraordinaria cultura, capaz de expresarse en varias lenguas, político intrigante; gran fumador, misógino y enamoradizo, frecuentador de tabernas y lupanares, sin domicilio fijo buena parte de su vida, amancebado con la Ledesma, malcasado con la de Cetina; vigilado por el Santo Oficio, odiado, temido y respetado; extraordinario escritor, poeta excelso, culto y chabacano; propagandista, crítico adulador, según tocara; popular al extremo, cuyas letrillas y romances se recitaban por calles y plazas.Tuvo Quevedo un éxito temprano y fulgurante. El Buscón, obra que escribió con apenas veinte años, corrió en ediciones manuscritas y se llegó a imprimir diez veces en vida de Quevedo; fue traducida al francés (veinte ediciones en el siglo XVII), al italiano, al holandés y al inglés.Si en buena medida debe su popularidad a la vertiente satírica y burlesca de su obra -Los Sueños, La hora de todos, Poderoso caballero es don dinero, Érase un hombre a una nariz pegado...- no es posible olvidar al poeta capaz de construir sonetos -Hermosísimo invierno de mi vida, si hija de mi amor mi muerte fuese...- que ocupan un lugar de privilegio en la poesía amorosa de todos los tiempos.Unos y otros serán compañía imprescindible para adentrarse con deleite por los Campos de Montiel que fueron escenario de su vida y de su muerte.
Recorrido de la ruta:
Fuente: http://www.turismocastillalamancha.com
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