lunes, 24 de diciembre de 2012

Turismo cultural en nuestra tierra: Ruta 7 - Francisco de Quevedo



Francisco de Quevedo y Villegas vino al mundo en Madrid un mes de septiembre de 1580. Terminó falleciendo en Villanueva de los Infantes, otro mes de septiembre, sesenta y cinco años después, quebrantado por la durísima prisión que padeció en San Marcos de León.

Su querencia por estas tierras del Campo de Montiel es bien conocida: por testamento de su madre, doña María de Santibáñez, heredó junto a su hermana unos censos emitidos por los vecinos de la villa de Torre de Juan Abad. Y fue en este rincón donde escribió buena parte de su obra.
  

Fue Quevedo dueño de una personalidad abigarrada. Educado en los hábitos de la corte y la burocracia de los austrias, cristiano viejo, ácido, malhumorado que se ríe de sí mismo; lenguaraz, coqueto paticojo, miope y bigotudo; noctámbulo escritor, hombre de una extraordinaria cultura, capaz de expresarse en varias lenguas, político intrigante; gran fumador, misógino y enamoradizo, frecuentador de tabernas y lupanares, sin domicilio fijo buena parte de su vida, amancebado con la Ledesma, malcasado con la de Cetina; vigilado por el Santo Oficio, odiado, temido y respetado; extraordinario escritor, poeta excelso, culto y chabacano; propagandista, crítico adulador, según tocara; popular al extremo, cuyas letrillas y romances se recitaban por calles y plazas.


Tuvo Quevedo un éxito temprano y fulgurante. El Buscón, obra que escribió con apenas veinte años, corrió en ediciones manuscritas y se llegó a imprimir diez veces en vida de Quevedo; fue traducida al francés (veinte ediciones en el siglo XVII), al italiano, al holandés y al inglés.

Si en buena medida debe su popularidad a la vertiente satírica y burlesca de su obra -Los Sueños, La hora de todos, Poderoso caballero es don dinero, Érase un hombre a una nariz pegado...- no es posible olvidar al poeta capaz de construir sonetos -Hermosísimo invierno de mi vida, si hija de mi amor mi muerte fuese...- que ocupan un lugar de privilegio en la poesía amorosa de todos los tiempos.

Unos y otros serán compañía imprescindible para adentrarse con deleite por los Campos de Montiel que fueron escenario de su vida y de su muerte.
Recorrido de la ruta:
  1. Villanueva de los Infantes
  2. Villahermosa
  3. Santa Cruz de Mudela
  4. Valdepeñas
  5. Manzanares
  6. Torre de Juan Abad
  7. Almedina
  8. Torrenueva
  9. San Carlos del Valle
  10. La Solana
Fuente: http://www.turismocastillalamancha.com

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