“Siento
cierto temor al narrar esta historia por lo inverosímil de su
contenido, pero me veo obligado a contarla por una solemne promesa
asumiendo el riesgo que la incredulidad y la modernidad favorecerán
la broma y mofa hacia el ser mas maravilloso que un día tuve la
dicha de conocer”...
-oOo-
En
la primavera de 1998 arribé
por primera vez, a este digno lugar que también describe Cervantes
en el Quijote...
Enfilando
la llanura que procede de Infantes hacia Montiel, quedé deslumbrado
por la solemnidad de un horizonte por la singularidad medieval del
Cerro San Pol y del Castillo de la Estrella.
Conocía
el pasado histórico de tan noble lugar, inmortalizado por el suceso
cruento de la muerte del Rey Don Pedro de Castilla en manos de su
hermanastro Enrique de Trastamara. Tras pasar varios meses trabajando
con el Centro de Estudios Ambientales, tuve la oportunidad de conocer
a sus vecinos y especialmente cierta espiritualidad captada en un
ambiente de bondad y confraternidad entre todos.
Las
variedad de aves que pueblan este cielo manchego, su revoloteo y
algarabía me parecían invitar a la contemplación de las ruinas del
Castillo de la Estrella, que allá
en lo alto parecía lanzar la seña
de identidad de un pasado glorioso, sumido entre vuelos de pájaros
y testigo mudo de quehaceres labriegos y ajetreo de industrias
textiles que por Montiel proliferan.
Aquella
tarde. Cuando un enrojecido sol parecía anunciar el ocaso del día,
encaminé mis pasos – entre
curiosidad y admiración –
por las rampas montaraces de la peña y castillo...
Mientras
andaba,mi imaginación recreaba historias de caballeros fuertemente
armados, ceñidos con negras
capas y armaduras con el signo de la Cruz de Santiago, que todavía
perdura por estas tierras como seña
de su identidad histórica.
Me
sorprendió la noche recorriendo viejos muros almenados... hasta que
sobrecogido mis ojos detectaron una tenue luz entre las piedras y una
extraña fuerza me empujaba hacia lo que constituiría la
justificación de este relato y la historia mas sorprendente de mi
vida.
¡
No podía dar crédito
a lo que mis ojos contemplaban !
Entre
un halo luminoso de tonalidades moradas, con vestimenta medieval,
cota de malla y armadura, con una poblada tez barbuda el espectro me
llamaba...
¡
No tema buen hombre ¡ - me dijo acercándose
-...
“Soy
el fantasma del Conde Brooken y mi espíritu noble está
agradecido a quienes como usted se acercan con admiración a estas
ruinas de un pasado, testigos de mi cobardía al no saber defender la
vida de mi Señor el Rey Don
Pedro, por temor a las compañías francesas que atacaban...
Permití
la entrada a nuestra fortaleza de las tropas fratricidas que me
mataron de forma inesperada, siendo condenado a este Purgatorio que
me tendrá preso en estos muros hasta el día que las gentes de esta
tierra reconstruyan el Castillo y devuelvan su señorío”...
- Cosa difícil me parece – le exclamé con cierto temor ante la aparición fantasmal. He escuchado que manos privadas se disputan la propiedad de estas ruinas y aunque el pueblo y su Alcalde intentan recuperarlo... parece que va de largo...
Con
infinita pena y tristeza y un gesto muy abatido, mi “amigo el
fantasma” me replicaba:
¡
Usted puede ayudarme haciendo algo para que no siga siendo testigo de
mofas de quienes suben a estos riscos olvidando el sentido histórico
de este lugar, - en otros tiempos – admirable fortaleza militar,
que aunque yo no supe defender de la traición de aquellos que lo
destruyeron, y si algún día
consigue influir en su reconstrucción,
mi descarriada alma se reunirá en una ansiada felicidad con el
Creador. !
“A
veces presiento que solo la imaginación de los niños recrea de
nuevo la imagen desafiante de un castillo con renovados torreones y
almenas presididos de nuevo por el Pendón de Castilla.
Los
adultos parecen mas preocupados por el presente olvidando que el –
ser – es un privilegio de un señorío que supimos mantener durante
siglos y deben comprometerse mas en la devolución al pueblo de estas
ruinas, en verdad testigos de una Historia, que cambió
en Montiel, el rumbo de España”...
“Desconfío
pues de lo que hoy puedan hacer estos habitantes que ni siquiera el
monumento que recuerda el triste final del Rey Don Pedro de Castilla,
son capaces de mantener con dignidad y permanecen cubiertos de
escombros y suciedad por doquier”.
“
Poniéndose en pie el
fantasmagórico caballero con su espada elevada hacia lo alto, y
hablando con fuerza – exclamó
- :
¡
Asómbrate con la visión
que te reservo !
Una
espesa neblina nos rodeaba bajo un fulgor de un rayo azulado en
espejismo y transformación
que contemplé anonado:
“Los
restos del castillo rodeados por niebla y como envueltos por llamas
tenues y movedizas, me ofrecían un espectáculo misterioso y
sobrecogedor...
Según
la niebla descubría los muros, aprecia todo reconstruido ante mis
incrédulos ojos...
Veía
atónito el continuo movimiento de gentes vestidas con ropas
modernas, deambulando con sus cámaras fotográficas tras un guía
que comentaba en voz alta:
“ La
reconstrucción del Castillo de Montiel nos permite conocer y
disfrutar en todo su ambiente feudal, no solo de la espléndida vista
del paisaje de su entorno y de la belleza arquitectónica de la
fortaleza, sino penetrar en el estudio y conocimiento de la época
del reinado de Don Pedro I, que ofrece un museo y ciclos de
conferencias y debates en torno a los órdenes militares “...
-Junto
al patio de armas una sala de reuniones y comedor medieval con
entrada a habitaciones de hospedería bajo la muralla...
Personal
ataviado con vestimentas palaciegas servían a los visitantes en un
cordial ambiente de camaradería, ambientada con un fondo musical
juglaresco, que llenaba de sorpresa y admiración mi visita.
La
imagen se fue debilitando entre jirones de niebla y azulados
resplandores, dejandome solo ante la mirada enigmática del fantasma
del Conde Brooken:
“ Será
complicado para vosotros y se tendrán que superar muchos obstáculos,
pero no faltará mi apoyo desde este destierro, para que ultiméis la
empresa que dará eterna felicidad a mi espíritu y la honra para
siempre de quienes ejecuten tan noble propósito “
¡
Yo contaré vuestra historia y animaré el propósito que os
guía...lo prometo !
Se
apagó el resplandor que había iluminado nuestra conversación,
dejándome de nuevo a solas con las ruinas de estas peñas, bajo un
estrellado cielo que parecía cómplice de la increíble historia del
Conde Brooken.
Dario Pozo Ruz.
“El
16 de septiembre de 2000 obtuve el 3º Premio Nacional de Prosa en el
Concurso Literario “López
Rojas” convocado por el Centro Cultural “Castillo de la
Estrella”...
El
23 de noviembre de 2012 el pueblo de Montiel recuperaba el Castillo
abriendo la esperanza del sueño del Conde Brooken...
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